Dragon Ball es sinónimo de acción y transformaciones, muchísimas transformaciones. Desde los primeros arcos de la obra de Akira Toriyama, no hemos parado de ver a Goku y compañía desbloqueando nuevos niveles de poder, cada vez más bestiales.

Goten aparece en el último arco de Dragon Ball Z para darnos una inmensa felicidad por su parecido con Goku, quien había muerto en la batalla contra Cell. Lo fácil es pensar que la similitud en la apariencia entre ambos personajes, es una situación relacionada estrictamente a que son padre e hijo, pero la realidad es que hay otra razón de mayor peso.

Para muchos de nosotros, los filmes de Dragon Ball Z son un poco más que un complemento del universo del anime. Más bien, ofrecen a los fanáticos historias independientes y enfrentamientos épicos que van más allá de la trama principal de la serie.

Para nadie es un misterio que Dragon Ball Z es la serie más importante de la industria del anime en occidente como conjunto y, particularmente, en Latinoamérica (Más allá de lo que puedan decir de Pokémon, pero no es un debate para este momento. Y mucho de eso, tiene que ver con las historias y momentos épicos que nos dio esta serie de la franquicia.