Mi columna en Invertia de esta semana se titula «El vehículo eléctrico y la ciudad respirable» (pdf), y apunta a la esperanza: un estudio de la Universidad de Berkeley llevado a cabo con una red de sensores distribuidos por toda la zona de la Bahía de San Francisco demuestra que la adopción del vehículo eléctrico está generando descensos significativos en los niveles de contaminación urbana en la zona.