Hay dos cualidades del streaming a las que no les encuentro explicación a estas alturas de la película: la primera es que el plan por defecto de plataformas de vídeo como Netflix o HBO Max tuviera calidad 4K, la resolución que alcanzan la inmensa mayoría de Smart TV que se compran en los últimos años. La segunda, que la plataforma de música en streaming más popular ofreciera por fin la alta definición. Ni lo uno, ni lo otro: Spotify ahora quiere predecir el futuro con su oráculo musical.