Sun Kai habla una vez por semana por videoconferencia con su madre. Le cuenta cómo le va en el trabajo y con su mujer. Su madre dice algo de vez en cuando, pero sobre todo escucha. Pero hay algo más: la mujer que sale en las videoconferencias no es en realidad su madre, porque ella murió hace cinco años.
Para Kai, aunque fuera a través de una representación virtual, era muy relevante.