Allá por 2014 cambié definitivamente de Linux y Windows por macOS. Primero con un MacBook Pro y a continuación pasando por un iMac, dos mac mini y otro MacBook Pro. No los cambié porque funcionaran mal, sino por renovar equipo y poder recuperar parte de la inversión vendiéndolos en el mercado de segunda mano. Sin embargo, mi primer Mac Book Pro sigue conmigo, ahora convertido en una especie de Chromebook.