Ser un camionero español y sufrir un infarto de miocardio mientras circulas por Alemania camino de Noruega ya es bastante malo. Tener que volver en camión y realizando repartos porque la empresa no ha facilitado tu traslado a España no es mucho mejor. Que esa misma empresa te despida al llegar, ya es el colmo.
Pero una sentencia ejemplarizante (nulidad del despido e indemnización de 30,000 euros) por parte del Tribunal Superior de Justicia de Valencia puede igualar un poco las cosas.