Starlink ha generado entusiasmo por su potencial para brindar acceso a internet en áreas desatendidas, pero también ha generado preocupaciones sobre posibles impactos ambientales, como la generación de desechos espaciales y la interferencia con la observación astronómica debido a la luminosidad de los satélites en órbita.

Han pasado ya más de cuatro años desde que el covid cambiara totalmente nuestras vidas, obligándonos a mantener una distancia social con otras personas para evitar la propagación de un virus que no conocíamos. Muchos reveses dio nuestra vida: millones de personas pasaron a teletrabajar por primera vez, por ejemplo.

Otra tendencia que llegó de la mano de la Covid fue el atractivo por los pueblos o zonas rurales.

El pasado viernes 29 de marzo algo sobrevoló nuestra península. Vino desde Francia, cruzó Cataluña y, finalmente, acabó perdiéndose al sur de la Comunidad Valenciana. Un "bólido artificial, posiblemente un misil", dijeron algunos que era. Hoy, la respuesta oficial del Gobierno de España es que se trataba de un "meteroide rozador". Alemania, sin embargo, no está de acuerdo.

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Starlink, el internet satelital de Elon Musk, ha dado un nuevo paso para comenzar a funcionar oficialmente en Argentina. Desde hacía tiempo se sabía que SpaceX planeaba habilitar el servicio desde el segundo trimestre de 2024.

Starshield é um nome que não fez muito barulho na internet e muito menos está atualmente relacionado com Elon Musk e sua empresa espacial privada SpaceX. Mas essa desconexão entre essas três variáveis estaria prestes a mudar para sempre.

Por anos, a empresa, que se tornou uma referência na indústria espacial, tem colaborado com o governo dos Estados Unidos em diversos projetos, principalmente com a NASA e em questões relacionadas à Estação Espacial Internacional.