Dragon Ball Z: L'appel Du Destin no fue, el mejor juego basado en la obra de Akira Toriyama para los sistemas de 16 bits. Pero -con diferencia- es el que más disfruté. Es más, con el tiempo y durante conversaciones sobre tiempos pretéritos supe que no fui el único que disfrutaba más improvisando partidas en aquel Super Butoden hecho a medida para la Mega Drive que a los clasicazos de SNES. Y no tiene nada que ver con la guerra de las consolas, sino con aquello que lo hacía singular.