Los grandes modelos de lenguaje (LLMs) han revolucionado el procesamiento del lenguaje natural, permitiendo que las máquinas comprendan y generen texto con una precisión notablemente similar a la humana. Sin embargo, estos modelos están restringidos por los datos con los que fueron entrenados, lo cual supone un reto significativo en sectores en constante evolución, como el de la salud.