La guerra comercial entre Estados Unidos y China está desarrollándose a golpe de controles de exportación. Mientras que Washington restringe el envío de semiconductores avanzados y otras tecnologías de vanguardia, Pekín responde limitando el acceso a recursos estratégicos. Sin embargo, Japón no ha dudado en advertir que las repercusiones de esta confrontación pueden ir más allá de estas dos potencias.