Durante más de medio siglo, que se dice pronto, Disney ha intentado hacer sus propias versiones de El Señor de Los Anillos tanto a través de filmes rodadas con actores reales como con animación. A lo largo de ese tiempo muy pocas han logrado tocar el éxito y mucho menos parecerse a las novelas de J. R. R. Tolkien. ¿La explicación? Fundamentalmente, no todas las obras pueden recibir un "tratamiento Disney". Y el primero en verlo fue el propio Tolkien.