Sobre el papel, no es el tipo de serie que puede inspirar teorías conspiratorias locas, pero lo cierto es que sus cuidadísimos guiones, su estética adorable y cierta amabilísima retranca a la hora de retratar las dinámicas familiares ha hecho que 'Bluey' se convierta en una serie disfrutada por los más pequeños... y por sus padres.