Si bien aún no es posible descifrar los pensamientos con total precisión, la ciencia avanza a pasos agigantados en esta área. Chips como los que se desarrollan en los laboratorios de Neuralink, son parte de los sistemas más vanguardistas en el área.
¿Cómo lo hacen? Hay diferentes métodos, pero lo más importantes son la magnetoencefalografía (MEG) y la interfaz cerebro-computadora invasiva.