Es una obviedad de gran calibre decir que el iPhone 16 Pro Max es el mejor iPhone de la historia, al igual que lo será su sucesor de la serie de iPhone 17. Sin embargo, ninguno de ellos se puede considerar el iPhone definitivo. No al menos si tenemos en cuenta lo mucho que aún dista de ser lo que un día quiso Steve Jobs para este dispositivo.
El iPhone "perfecto" de Steve Jobs se sustenta, entre otras muchas cosas, de dos elementos fundamentales: un frontal todo pantalla y sin botones.