Tras una espera que se ha hecho poco menos que interminable, uno de los espectáculos audiovisuales más deslumbrantes y arrolladores que hayamos visto en la gran pantalla desde hace mucho, mucho tiempo, llegando a superar el ya de por sí estratosférico nivel de su predecesora; justa ganadora del Oscar a la mejor dirección de retrato en un año con una competencia feroz.