Abre tu Mac. Enciéndelo. Mira esa pantalla brillante, ese teclado impecable. Todo tan limpio, tan minimalista. Tan... simple. Sin embargo, tras esa aparente sencillez se esconde una complejidad asombrosa. Ese contraste brutal entre lo que vemos y lo que realmente hay dentro de un MacBook Air es precisamente lo que convierte el wallpaper del que quiero hablarte hoy en una obra maestra.