Los altavoces "inteligentes" forman parte de millones de hogares de todo el mundo. El uso que se les da varía de persona a persona, aunque suelen cumplir habitualmente las mismas funciones: desde reproducir canciones desde servicios de música en streaming hasta controlar los accesorios domóticos de la casa.

Hay unos cuantos altavoces "inteligentes" disponibles en el mercado. Apple tiene sus HomePod, Google sus Nest, y Amazon la familia Echo.

Recuerdo abrir aquellas dos cajas, poner el monitor y el teclado encima del escritorio de la salita de nuestro primer piso. Mi padre trataba de entender como funcionaba todo aquello y yo ya tenía un cassette en la mano. Ese cuatro del doce de 1987 encendía por primera vez mi primer ordenador, un Amstrad CPC 464. Años más tarde - a comienzos de los noventa - en el cuarto trasero del quiosco de una amiga del instituto, vi mi primer Macintosh.

En el año 2011, el iPod cumplía diez años y había sido una pieza clave en cómo cambió la industria de la música. Sin embargo, a Apple ya le interesaban los auriculares y altavoces, aunque aún tardarían tres años en comprar Beats, cinco en lanzar los primeros AirPods y ocho en el HomePod original.

Si hablamos de productos Apple, podemos entender que sean considerados como inversiones en muchos casos y por tanto se amortice su precio. Sin embargo, son productos con precios que no son precisamente bajos. Y además se dan circunstancias un tanto extrañas en lo relativo a precios. Tanto como que un ordenador sea más caro que un smartphone.