No os podemos ayudar a acelerar el tiempo, a convencer a vuestros jefes de que os den vacaciones adelantadas ni a colocaros en la hamaca con dos cuerpos del deseo abanicándoos, pero sí que podemos acercaros un poco de lo que han concentrado las revistas en sus portadas para así teletransportaros, un instante, a ese remanso de paz que permanentemente viene acompañado de la prensa del papel couché.