Me envía
Luis Martín, un par de fotos y algunos artículos de prensa referentes a una instalación agrivoltaica en los viñedos de
San Gabriel, en plena
Ribera del
Duero, que pretende frenar el efecto del cambio climático sobre los viñedos.
La progresión de la emergencia climática está generando una maduración precoz de la uva que la expone a posibles heladas y a una mayor incidencia de fenómenos extremos como el pedrisco, y tiene además como consecuencia el desfase en la maduración fenólica, el aumento del nivel de azucares (y por tanto de la graduación alcohólica), y una caída en la acidez del vino.
La instalación de paneles fotovoltaicos dotados de movilidad a una altura de 4,5 metros sobre el viñedo genera un dosel que proyecta sombra sobre las plantas, lo que da lugar a un microclima que permite reducir la temperatura y la evapotranspiración. La movilidad de las placas es controlada por medio de una serie de sensores de medición de la radiación incidente, y de otros que que evalúan el estado de la planta y su entorno: la temperatura, la humedad del ambiente y la humedad en el subsuelo a diferentes profundidades.
Este tipo de instalaciones agrivoltaicas combinadas con viñedos son cada vez más abundantes en determinadas zonas de Francia y Alemania, pero en España están aún comenzando a instalarse. La propuesta de valor de la energía solar es cada vez más evidente, y de ahí que la adopción de esa tecnología progrese de forma cada vez más rápida.