En 2018, como parte de una política antiobesidad del gobierno de
Reino Unido, se ha establecido el impuesto al azúcar que se aplica a las
bebidas azucaradas que se producen o importan al país. Dicho impuesto ha
sido un éxito rotundo y ahora se quiere extender a la sal.
Hace pocos días atrás, reunió la prensa y presentó un documento en el que se analiza el impuesto al azúcar del
Reino Unido, revelando el éxito del mismo.
En concreto, el archivo señala que el contenido de azúcar de las
bebidas azucaradas se ha reducido en un 44%, y sugiere que:
"es vital extender el impuesto al azúcar a todos los alimentos procesados. El impuesto actual ha obtenido reducir el azúcar en los refrescos, pero necesitamos ver el mismo éxito en productos como batidos, galletas, yogures y cereales para el desayuno, para mejorar la salud pública"
Además, señala que los diputados deberían considerar medidas obligatorias en el sector alimentario como por ejemplo un impuesto a la sal, ya que regulaciones  más estrictas podrían traducirse en un ambiente más sano así como en una población más sana.
La profesora Christine Riefa afirmó que el archivo del Programa para la Transformación de los Sistemas Alimentarios del
Reino Unido titulado "Ferramientas regulatorias para una dieta saludable y sostenible" ofrece un conjunto de herramientas regulatorias que permitirían transformar el panorama alimentario del
Reino Unido.