Reuters revela el que puede ser uno de los primeros efectos de la recién estrenada
Digital Markets Act en la Unión Europea: un significativo pico de popularidad en el número de clientes de algunos navegadores de los denominados alternativos tales como
Aloha, Brave,
Ecosia o
Vivaldi.
La regulación antimonopolio europea entró en vigor el pasado 1 de noviembre de 2022, pero no obligaba a los designados «gatekeepers« a cumplir con todas sus provisiones, incluida la de hacer más fácil el cambio a otros proveedores de servicios, hasta el pasado día 6 de marzo de 2024.
Ahora, transcurrido algo más de un mes desde esa fecha, cuatro navegadores alternativos revelan que han experimentado fuertes incrementos en su popularidad:
Aloha, radicada en Chipre y con una fuerte orientación a la privacidad y a la Web3, revela que su número de usuarios creció en más de un 250% a lo largo del mes de marzo, y que ese incremento se debe en gran medida a la inclusión en las pantallas de navegadores alternativos que compañías como Google, Apple o Microsoft se han visto obligadas a añadir en sus dispositivos.