Pese a las muchas horas diarias que me paso frente al Mac, ya sea
trabajando o realizando un uso más relacionado con el ocio, me he negado durante mucho tiempo a usar varios escritorios. Es una función básica del sistema operativo y ni siquiera es exclusiva, dado que existe además en
Windows.
Sin embargo, por alguna razón seguía sin convencerme. He preferido durante tiempo manejarme con varias ventanas bien posicionadas e incluso monitores grandes, pero desde hace unos meses he empezado a aprovechar esa función y ahora la recomiendo a prácticamente cualquier usuario que también trabaje con su Mac.
Apple los llama spaces (espacios) o Mission Control y puede que te lo hayas encontrado alguna vez, pero si no es así, decirte que simple y llanamente es como tener varios monitores en uno. De hecho, a efectos prácticos es casi igual que tener dos o más monitores, con la más que evidente diferencia de que no podrás ver todo el contenido a la vez.
Los ajustes, aplicaciones e incluso fondo de pantalla serán siempre los mismos. No dejará de ser tu Mac de siempre. La idea es poder repartir las diferentes ventanas de aplicaciones en diferentes espacios virtuales. Mi caso concreto puede servir de ejemplo: en el primer espacio dos ventanas con el chat del trabajo y la app de correo, en otro escritorio a pantalla completa un editor de imágenes y en un tercero un editor de textos o cualquier otro programa que se precise en el momento para laborar.