A medio camino entre el chambara y la acción sobrenatural, pero con un extra de furia manganime. Bleach:
Rebirth of
Souls es el juego de lucha que llevaba meses buscando sin saberlo: sus combates son genuinamente intensos al tiempo que retienen con maestría la auténtica esencia del manga y la nueva serie de animación. Un festival de fanservice que combina unos controles fáciles con ideas verdaderamente interesantes y, pese a no ser perfecto, logra su propósito con nota: ganarse al fan de la obra de Tite Kubo.
Las apariencias engañan, y Bleach:
Rebirth of
Souls es el mejor ejemplo: cada uno de los prejuicios que tenía sobre el nuevo arena fighter de Bandai Namco se me desmontaron en tres partidas. Daba por hecho que estaría ante el enésimo juego cortado por la línea de puntos, cuyo único gran gancho era traer de vuelta a Ichigo y compañía y poco más. Gran error. Tamsoft no solo busca maravillar al fan, sino ofrecerle un título que no se olvida de los jugadores menos experimentados, pero además es capaz de poner ideas y algo propio sobre la mesa. Y eso no es nada fácil, pero tampoco es imposible.