Perder peso, es más que resolver la simple ecuación de calorías consumidas contra calorías quemadas. Numerosos factores más o menos ocultos pueden desequilibrar esta balanza, factores que van desde lo metabólico hasta lo sociológico.
Los otros factores. Un equipo japonés de investigadores ha indagado en cómo factores tales como el número de mordiscos, los ritmos que percibimos en nuestro ambiente y el género afectan a la duración de la comida. El objetivo está en hacernos
comer más
despacio para así ponernos más fácil el tener nuestro peso bajo nuestro control.
Despacito. La idea de frenar el ritmo con el que comemos para así
comer menos y poder perder peso no es nueva sino que podemos encontrarla en guías y recomendaciones de hace más de una década. No es una receta infalible, pero según los expertos, ayuda.
La lógica detrás tiene que ver con cómo el estómago y otros órganos del sistema digestivo transmiten información al cerebro y cómo este la procesa. Esto se produce de dos formas: primero a través de impulsos nerviosos, y a continuación a través de la señal química que transmiten algunas hormonas.
Replicar una de las señales hormonales que nos indican que la comida nos ha saciado es, uno de los mecanismos por los que el consumo de fármacos como Ozempic hace que perdamos peso.
Desde hace años, el "dopaje fecal" es un problema en el deporte de élite. Ahora la ciencia quiere democratizarlo
Una ayuda.