Con cinco largometrajes y una serie en su filmografía,
Damien Chazelle se ha alzado como uno de los grandes directores de nuestro tiempo. Obras como 'Whiplash', 'La La Land' o ese magnífico fotografía del
Hollywood clásico cargada de excesos y estrellas que se estrenó bajo el título de 'Babylon' hablan por sí solos, pero hay un trabajo del cineasta de
Rhode Island que suele pasar inadvertido cuando se repasa su trayectoria en la gran pantalla.
Este no es otro que 'First Man: El primer hombre', un brillante retrato de la misión de la NASA que llevó al hombre a la luna y, más concretamente, de Neil Armstrong, a quien dio vida un Ryan Gosling en estado de gracia. Lamentablemente, este drama biográfico con un inesperado sentido de la aventura, pasó casi sin pena ni gloria por la taquilla internacional, recibiendo mucho menos reconocimientos del que merecía realmente.
"Su aproximación [de Chazelle] al viaje de Neil Armstrong nunca iba a ser normal y corriente. En su lugar, creó una recreación magistral del programa espacial con detalles físicos absolutamente convincentes y capas de inmersión cinematográfica que exigen credibilidad y aseguran que la naturaleza radical e intensamente subjetiva del punto de vista de Chazelle llegue como un shock que se revela gradualmente".