Que la IA generativa está a un paso de humanizarse es una realidad. De hecho,
ChatGPT está muy cerca de ello. Tanto que asusta. Es por eso por lo que muchos pacientes con problemas de salud mental recurren al chatbot para consolarse, algo que ha tratado
The Washington Post en un reciente artículo.
En él se abordan varios casos reales de personas que prefieren usar la IA a acudir a especialistas. Algo que hasta cierto punto es entendible conociendo sus historias, pero que supone un peligroso precedente. Nuestro consejo: una app de Apple y terapia. Y no porque lo de Apple sea mágico o mejor que
ChatGPT.
Eso de pagar una suscripción a un chatbot es un testimonio real con el que
The Washington Post cierra su reportaje y que resume perfectamente lo que muchas de las personas entrevistadas reflejan. En su mayoría son personas que sufren depresión, ansiedad o estrés postraumático por la perdida de algún ser querido.
Uno de los casos más trágicos y escalofriantes es el de un joven de apenas 14 años que se suicidó tras entablar un romance con un chatbot. Algo que, provocó una demanda por parte de su familia a Character AI, compañía que está detrás del chatbot del que se enamoró aquel adolescente.
También hay casos en los que se pierde a un ser querido y se recurre a un chatbot buscando que este se exprese igual que aquel.