Si te pones a ver 'Troll', es posible que lo único que te llame la atención realmente sea que el niño protagonista se llama
Harry Potter Jr, hijo de
Harry Potter Sr (y, a priori, sin ninguna relación con JK Rowling). El film en sí es entretenida, predecible y sin nada especial que ofrecer al espectador. De hecho, hoy por hoy sería una de tantas que se habría quedado en el pasado y, como mucho, en alguna sesión doble gamberra si no fuera porque su secuela, 'Troll 2', se convirtió en un éxito de culto internacional y un primerizo hit de las redes sociales gracias a su "Oh my goooood" y sus efectos visuales cutres. Si no la has visto, francamente, ya tardas.
Hacer la secuela falsa de un filme tan olvidable como 'Troll' parece un chiste hoy en día, pero lo cierto es que fue un éxito bastante razonable (sobre todo teniendo en cuenta que su presupuesto no llegó al millón de dólares), y Claudio Fragasso, el director de esta segunda parte, lo vio claro: aunque originalmente se llamaba 'Goblins' y se trataba de una comedia de terror contra los vegetarianos, vendería más con el nombre de 'Troll 2'. ¿Tenía algo que ver con la original? Absolutamente nada, pero, ¿quién les iba a parar los pies?
Esta era la cuarta película de Fragasso como director, pero ya era conocido en la industria de la serie B como el guionista de joyas del cine cutre como 'Zombi 3', 'Robowar' o 'Año 225 luego del holocausto'.