Cuando en marzo de 2017 debutó
Horizon Zero Dawn en PS4, no dudé ni un segundo. Aquella fantasía de
Guerrilla Games sobre un mundo abierto repleto de dinosaurios me conquistó por completo durante sus adelantos en las ediciones del E3, así que tenía una cita con la misteriosa chica pelirroja. No me equivoqué ni un ápice: el videojuego me enamoró de principio a fin.
Y lo hizo por todas partes, incluso en aquellas que muchos -un servidor incluido- desprecian en otras obras, tal y como es el lore de su universo. Me fascinaron las diferentes tribus, las peleas regionales y cómo todos se distinguían visualmente, en el comportamiento y con enclaves magníficos. A día de hoy, no hay lugar virtual que recuerde con más cariño de
Horizon Zero Dawn que Meridian, por lo que en 2022 no podía fallar.
Horizon Forbidden West apareció en nuestras vidas en un momento temporal difícil para todos, pues Sony decidió publicar el título con la fecha de presentación de Elden Ring muy cerca. Para mayor "infortunio", yo mismo me encargué de explorar las Tierras Intermedias para el análisis de VidaExtra. A pesar de haberme hecho con la Edición Especial para PS5, mi momento de sumergirme en el Oeste Prohibido tuvo que esperar unos cuantos meses.
No fue hasta las vacaciones de verano cuando instalé la secuela en la consola con emoción y comencé una nueva partida... que dejé a medias.