Dogecoin es una criptomoneda que nació en 2013 como una mera broma, basada en un popular meme de Internet. Y sin embargo, en sólo 8 años esa broma ha crecido hasta lograr un valor de 10,000 millones de dólares. Y, en el proceso, alguien puede haberse hecho muy rico.
Y es que se ha desvelado ahora que un único cliente (u organización) anónimo posee prácticamente el 29% de los
dogecoins en circulación: en total, unos 2,100 millones de dólares.
Según Bitinfocharts, el propietario de la cuenta empezó comprando 100
dogecoins el 6 de febrero de 2019 y desde entonces ha ido comprando en cantidades cada vez mayores (y, eventualmente, vendiendo parte de los mismos) hasta sumar sus actuales 36,812.363,616,99
dogecoins.
Identificar a este misterioso cliente se está convirtiendo en un pasatiempo en los foros y redes sociales: es imposible lograrlo con seguridad, porque los sistemas basados en blockchain favorecen el anonimato, pero sí es posible 'seguir el dinero', rastreando cuentas y transacciones, y realizar inferencias con base en esa información.
Y Tom Robinson, ha hecho eso y ha lanzado su propia teoría sobre la identidad del usuario: nada menos que
Robinhood Markets, la compañía a la que el Caso Gamestop situó hace poco en el candelero mediático.