El
dolor asociado con la hemorragia
menstrual se conoce como dismenorrea primaria, siempre que no haya evidencia de otra patología. Este
dolor y malestar
menstrual localizado en la parte inferior del abdomen puede llegar incluso a ser incapacitante para algunas mujeres, mientras que otras no lo conocen. ¿Hay alguna opción no farmacológica para intentar reducir ese
dolor y malestar? Parece que sí. Una nueva revisión de la literatura muestra qué tipos de
ejercicios vendrán mejor en esa situación.
La dismenorrea primaria ejerce un impacto considerable en la calidad de vida, a menudo resultando en ausentismo laboral o educativo, disminución de la productividad y aumento de las demandas de atención médica. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroides representan el más importante enfoque terapéutico para esta afección, pero puede tener efectos adversos si se usa de manera prolongada.
En consecuencia, existe un creciente interés en las modalidades no farmacológicas, como el ejercicio físico, como posibles tratamientos complementarios para la dismenorrea primaria. La razón es que el ejercicio aumenta la secreción de endorfinas y atenúa la inflamación propia de los días previos a la menstruación, lo que ayuda a reducir ese malestar y
dolor.