Lo reconozco, rara es la ocasión en la que no miro mi
iPhone 15 Pro nada más levantarme y es lo último que veo al acostarme. Desde el lanzamiento en el año 2007 hasta el día de hoy se han realizado toda clase de estudios sobre cómo afectan a nuestra calidad de vida. Uno de los más conocidos fue realizado en el 2014 por la
Universidad de
Harvard. En él, se afirmaba que la luz azul emitida por las pantallas podía afectar a nuestro sueño.
La razón por la que principalmente se llegó a esta conclusión fue porque la luz azul afectaba de la misma manera que lo hace el sol. Modificando los niveles de melatonina y por lo tanto permitiendo un peor o mejor descanso. Ahora, casi 10 años después, se han vuelvo a revisar once estudios diferentes y se ha llegado a una conclusión diferente y más profunda.
Según un reciente trabajo de la revista "Sleep Medicine Reviews" y publicado en el diario "The Times", se ha concluido que la luz azul en sí no afecta a nuestra calidad del sueño. En el análisis y revisión de los once estudios previos se dieron cuenta que los participantes leyeron contenido en un iPad con el brillo al máximo. El conjunto de científicos han llegado a la conclusión de que el estado alterado del sueño fue por el nivel de brillo y no debido al la emisión de la luz azul.
El sueño y las respuestas circadianas a la luz dependen de la intensidad. Cuanto más brillante es la luz, mayor es la respuesta.