Aunque cada día durante los últimos ocho años los espectadores se hayan acostumbrado al estilo de sus secciones en el programa que dirige junto a Ricardo Castella y David Broncano (desde el señor triste de la RAE hasta sus entrevistas por la calle), lo cierto es que dentro de Ponce hay mucho más que un payaso listo. Y la prueba está en 'Medina: el estafador de célebres', un true crime entre 'The Office' y el humor absurdo de Venga Monjas que, una vez coge tracción, se vuelve tan imprevisible como fantástico.
Reconozco que no pillé de primeras el experimento de Ponce -incluso a sabiendas del juego entre realidad y ficción en el que permanentemente suele moverse- por la insistencia en que se trataba de un documental de true crime en clave de comedia. La historia (un hombre que ha timado pequeñas cantidades de dinero a todos los célebres de España) es creíble, el tono que propone no dista tanto de otros documentales donde el cómo se hizo es tan importante como el resultado final y los documentalistas tan importantes como el tema que tratan (al estilo, por ejemplo y salvando las distancias, de 'Cómo cazar a un monstruo'), así que no es tan fácil suponer que el cómico nos está teniendo una trampa.
A cada persona le hará "click" todo y empezará a ver la realidad del proyecto en un momento u otro.