"Acelerar el metabolismo" es una de las búsquedas más frecuentes de internet. Esta demanda, especialmente de las personas que quieren perder peso, hace que se extiendan mitos con muy poca base científica, o con una ligera base que magnificamos porque ponemos el foco en esos pequeños detalles que no son significativos para la pérdida de peso. Estos son los mitos más extendidos sobre la aceleración del
metabolismo que no son eficaces.
El agua ingerida gasta unas ocho calorías por vaso, más aún si el agua está fría porque el cuerpo debe quemar calorías para calentarlo. Tomar dos o tres litros de agua no supondrán una ventaja en el sentido calórico, pero un cuerpo bien hidratado tiene otros efectos colaterales en la pérdida de grasa.
El gasto de calorías es insignificante, por lo que no será el agua en sí la que acelera el
metabolismo, y consecuentemente nos ayuda a perder grasa. El agua es para nuestro cuerpo como la grasa para la cadena de la bici, nuestro cuerpo funciona mejor si está bien hidratado, como la bicicleta que funciona mejor con una cadena bien engrasada.
A la hora de comer, muchas veces sentimos que tenemos hambre, pero realmente tenemos sed. Cuando bebemos agua y esperamos unos minutos vemos que el hambre desaparece, así que estábamos en lo cierto. Eso hace que comamos menos calorías al ahorrar esa comida, por lo que puede ayudar en este sentido.