No tengo la menor duda de que una de las grandes virtudes de 'Daredevil: Born Again', y lo que probablemente la convierte en la mejor producción de
Marvel Studios desde que culminó la Saga del
Infinito es el modo en que se aleja de lo multiversal y lo cósmico para, igual que lo hizo en su momento la serie de Netflix centrada en el mismo personaje, apostar por el realismo dentro de los márgenes de la ficción superheróica y lo terrenal.
No obstante, a pesar de que muchos sabíamos a ciencia cierta que la nueva aventura de Matt Murdock tendría una fuerte conexión con el mundo real, el showrunner Dario Scardapane se las ha apañado para integrar un elemento que, personalmente, me ha cogido completamente desprevenido, sorprendiéndome gratamente al no esperar bajo ningún concepto que la factoría Disney fuese a pasar por el aro.
Siento que Marvel ha perdido el rumbo, pero esta cárcel del entretenimiento obligatorio es también su mayor acierto
Este no es otro que la utilización el emblema de The Punisher el
Castigador en el idioma de Cervantes y su turbia relación con algunos grupos y sectores de las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos de América alineados con ideología Alt-Right, con la comunidad conspiranoica lidearada por organizaciones como Q-Anon e, incluso, con supremacistas blancos que no dudaron en abrazar la icónica calavera durante la marcha en Charlottesville en 2017.