Nos hemos acostumbrado a que los filmes de las que más hablamos tengan presupuestos imposibles. Tanto, que las cifras nos bailan en la cabeza y no somos conscientes de la cantidad de billetes que se han tirado al vacío: 'Estado Eléctrico' ha costado 320 millones; 'Blancanieves' 209; 'Fast & Furious X' 379. Números imposibles que nos hacen plantearnos seriamente si la lucha por el éxito está unida de manera obligada a una inversión millonaria, y si realmente no hay cabida ya para un gasto medio, como ocurría antaño. En vez de poner un huevo muy grande en una cesta, es fácil imaginar que podrían colocar muchos huevos pequeñitos y así no arriesgarse si uno de ellos se rompe. 'Novocaine' viene a demostrar que sí, se puede... permanentemente que no le pidas más de lo que puede dar.
'Novocaine' ha costado solo 18 millones de dólares, y, como la mayoría de filmes de este presupuesto, se esfuerza para que cada uno de ellos luzca en pantalla. Al fin y al cabo, es una comedia de acción muy consciente de su propia identidad de mero entretenimiento: no pretende ser ni más ni menos de lo que es, y este descaro juega permanentemente a su favor gracias a unas vibrantes y loquísimas escenas de acción, un gimmick fabuloso para su protagonista y el carisma indeleble de Jack Quaid.
El filme, sabe modelar a la perfección los cuatro datos que necesitamos saber sobre su personaje principal, Nathan Caine, un marginado social que no es capaz de sentir dolor.