El octavo vuelo de
Starship iba a ser una repetición del lanzamiento previo, que
SpaceX no pudo completar porque la nave acabó desintegrándose sobre el océano
Atlántico. Sin embargo, ha vuelto a pasar exactamente lo mismo.
La nave ha explotado otra vez. Y en la misma fase del vuelo: ocho minutos a continuación del despegue, cuando la
Starship 34 estaba a punto de apagarse para iniciar su trayectoria suborbital hasta el océano Índico.
Al igual que la
Starship 33, la nave perdió el control cuando varios de sus motores (primero tres, y luego un cuarto) se apagaron o explotaron. Entonces empezó a girar sobre su eje hasta estallar, ya sea porque acabó desintegrándose, como su predecesora, o porque se activó el sistema de terminación de vuelo, autodetonando el cohete por seguridad.
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Se vio la reentrada desde Miami. Los vídeos de los restos de la nave desintegrándose en la atmósfera no tardaron en aparecer. Desde Bahamas, desde las Islas Turcas y Caicos y desde República Dominicana, como la última vez, pero también desde Cabo Cañaveral y Miami, ya que la explosión ocurrió cuando el cohete viajaba a 20,000 km/h, mientras que la
Starship del vuelo 7 explotó a más de 21,000 km/h y, por lo tanto, más lejos.
Tal y como pasó en enero, enseguida empezaron a desviarse también los aviones.