Parece que cada año surge una nueva polémica con cada modelo de
iPhone que Apple presenta. Con el
iPhone 6 tuvimos el problema de que se doblaba. Más recientemente, los problemas de calentamiento con el
iPhone 15 Pro. Y este año el foco está puesto (y nunca mejor dicho) en la cámara ultra
gran angular.
Por primera vez el
iPhone tiene un segundo sensor de 48 megapíxeles. Ya fue con el
iPhone 14 Pro cuando se introdujo en la cámara más importante x1, y dos años a continuación ha dado el salto con el
iPhone 16 Pro a la cámara ultra
gran angular, una de las que más mejoras necesitaba.
Antes de entrar en la polémica en sí, hay que conocer cómo es el sensor de 48 megapíxeles del
iPhone y su funcionamiento. Porque aunque muchos puedan pensar que utiliza esa resolución para hacer retratos, no es del todo así. Si quieres tomar una foto a la máxima calidad, tendrás que activarlo de forma manual, y esto puede tener tanto ventajas como desventajas.
La cámara de 48 megapíxeles permite al
iPhone capturar más información, pero no necesariamente entregar una foto de ese tamaño. La razón principal de Apple al incorporar un sensor es lograr más datos para componer la fotografía. Por ello, que agrupa los píxeles de cuatro en cuatro y forma un superpíxel. De esta forma, aunque el sensor es de 48, al dividirlo entre cuatro nos da un resultado de 12 megapíxeles.
¿Entonces para qué sirve esta cámara? ¿Es igual que una de 12 megapíxeles? Para nada.