Buena parte del mundo tiene un problema a corto y medio plazo, un problema llamado demografía. La tasa de fertilidad de diversos países es paupérrima y la natalidad ha caído en picado en muchos de ellos. Los países asiáticos como
Corea del Sur, pero no podemos hablar de invierno demográfico sin mencionar Japón.
Mientras el país lucha por lograr la tasa que garantice el relevo generacional, se las está viendo y deseando para que las empresas tengan mano de obra. Gigantes como McDonald's han cambiado sus políticas de contratación, hasta las empresas de pañales han empezado a mirar al sector de los pañales para adultos.
Y, otro lleva años golpeando la puerta: la excesiva centralización del archipiélago en una ciudad:
Tokio. Y esta excesiva centralización tiene un nombre: ikkyoku sh?ch?.
Ikkyoku sh?ch? es un término japonés que se refiere a la centralización del país. Esto implica que hay una concentración excesiva en un punto muy concreto que no se da sólo porque nazcan más bebés en dicho punto o reciba más inmigración, sino porque otras áreas del país se vacían porque se mudan a la ciudad que aglutina todo.
En el caso japonés, esa ciudad es
Tokio, la gran urbe que, durante décadas, ha acumulado industria, funciones administrativas, políticas, turismo y, evidentemente, población. Como apuntan en The Japan Times, mientras el resto del país menguaba,
Tokio crecía.