Hubo un tiempo en el que podías poner al boxeador
Mike Tyson en los videojuegos casi, casi sin su permiso, al menos mientras sus representantes legales no se enteraran, y aquello no era un caso aislado: las barreras entre el tributo a iconos conocidos y las infracciones por copyright a nivel internacional no estaban tan definidas como ahora y los gráficos pixelados ayudaban a difuminar cualquier posible malentendido. Y pese a ello, el caso de
Revenge of
Shinobi y cómo coló a
Spider-Man o
Godzilla es un caso aparte.
Lanzado el 2 de diciembre de 1989 como gran reclamo para la etapa inaugural de Mega Drive en Japón y Estados Unidos,
Revenge of
Shinobi era una demostración total de cómo los sistemas de 16 bits se iban a comer con papas a los microordenadores y sobremesas de entonces en cada uno de sus apartados. Y seamos francos: ¿qué mejor que un ninja para presumir de jugabilidad? Ahora solo faltaba encontrar rivales a la altura del legendario Joe Musashi y ahí, justo en ese punto, SEGA se columpió como un superhéroe.
Cuando crees que lo has visto todo en GTA V tras 12 años, pero vuelve y te dice: campeón, te voy a educar algo más loco. Y lo consigue
Como se espera de los videojuegos de ninjas, la dificultad de
Revenge of
Shinobi era desafiante y a la vez cautivadora.