Temporada de premios aparte, puede que una de los principales conversaciones sobre el medio audiovisual que se ha desarrollado en redes durante este pasado fin de semana haya sido la que ha girado en torno al mítico anime 'Sailor Moon' y al hecho de que esa tonalidad rosa predominante que solemos asociar a su imagen no tenga nada que ver con el color original de la serie, siendo fruto del deterioro de las láminas de acetato en las que se crearon los fotogramas de la aventura de Usagi y compañía.
A raíz de esta interesante anécdota, han sido muchas las voces que se han alzado señalando casos similares en los que el aspecto de una obra cinematográfica o televisiva se ha alterado con el paso del tiempo, terminando siendo muy diferente de los de la proyección o emisión inicial; y uno de los largometrajes más mencionados ha sido ese clásico de la ciencia ficción moderna que es la 'Matrix' de las hermanas Wachowski.
Pensar en la épica de Thomas Anderson y su distópica batalla con las máquinas nos invita a hacerlo en un cóctel de imágenes más neutras, y en una clara dominante verdosa bañando las escenas ambientadas en la simulación. Pero ojo, porque puede que el recuerdo que tienes del tratamiento del color de el filme de 1999 no se ajuste a lo que llegó a nuestras salas de cine hace ya un cuarto de siglo.