Supuestamente, las nominaciones a los
Óscar deberían dar interés por ver esos filmes que ni siquiera te suenan o que han tenido una distribución más pobre. En su lugar, desde la invención de las redes sociales, la gente se encierra en una pelea absurda basada en "Más vale que gane la que he visto yo" y "Espero que no gane una que no he visto pero me han dicho que es mala". Pero, mientras que en años previos estaba más o menos claro el camino hacia la victoria de películas como 'Nomadland', 'El poder del perro' (que fue vencida por 'CODA' en un giro inesperado e injusto) u 'Oppenheimer', este año nadie tiene la más lejana idea de lo que va a ocurrir (y quien diga que sí, miente). Y por eso es tan emocionante.
Normalmente, la temporada de premios te da pistas en torno a lo que va a pasar en la gala de los
Óscar, pero este año se ha diversificado tanto que es difícil averiguar si 'Emilia Pérez', 'The Brutalist' o 'Anora' se llevarán el premio grande. Hay quien dice que podría haber una sorpresa y que 'La Sustancia' o 'Wicked' se llevaran el gato al agua, y quien cree que se podría llegar a una solución de consenso que no molestara a nadie. O sea, 'Cónclave'. Lo que está claro es que las votaciones de este año van a ir mucho más ajustadas de lo que se creía hace unos meses.