Japón es uno de los países referentes en innovación tecnológica, es uno de los países donde más presencia laboral hay. Quienes hemos ido allí, el choque cultural es inmenso y palpable en cada esquina y situación. Mientras países como
Dinamarca,
Alemania e incluso aquí en España se proponen jornadas laborales de cuatro días como una "reivindicación" de los trabajadores, en Japón sucede lo contrario.
Desde 2021, el gobierno japonés está intentando reducir el estrés laboral e incluyó políticas de trabajo innovadoras como la de tener tres días libres y concentrar todo el trabajo en cuatro jornadas. Ahora, unos años luego, se ha comprobado que no está funcionando con éxito. Pero no por parte de los empresarios, sino de los propios trabajadores.
Este planteamiento, sería bienvenido por la mayoría de los trabajadores. De hecho, en Apple ya hubo conflictos tras solicitar a sus empleados que volviesen a la oficina y a Apple Park tras la estabilización de la pandemia. Esto choca con la "cultura del presencialismo" tan arraigada en los japoneses, donde los empleados sienten la obligación de estar presentes en la oficina, aunque no haya tareas urgentes que realizar. Este hábito está tan fijado en la sociedad que se considera normal que muchos trabajadores permanezcan en la oficina más allá del horario oficial, simplemente para demostrar su compromiso.