Desde los años 70, cientos de estudios han examinado los efectos de las psicoterapias contra la depresión. Lo han hecho con muchos enfoques y diseños experimentales distintos. Lo han hecho insistentemente y, por si fuera poco, en un número cada vez mayor.
Eso nos ha permitido saber dos cosas: la primera es que las psicoterapias son efectivas. La segunda es que esa efectividad no se ha movido ni un ápice en 50 años.