La guerra comercial entre Estados Unidos y buena parte del mundo ya no es una amenaza latente: está ocurriendo, y Europa forma parte del tablero. En el último tiempo, la administración de Donald Trump ha lanzado tres ofensivas directas contra la Unión Europea. Primero impuso aranceles del 25% al acero y al aluminio; luego hizo lo mismo con los coches, y ahora ha sumado los llamados aranceles recíprocos del 20%. Bruselas ha decidido contestar.
Primer paso en firme.