A los ya habituales nervios en una entrevista de trabajo se le puede sumar que, de repente, el entrevistador te ofrezca un vaso de agua. Parece simple, ¿no? Se puede interpretar como un gesto de cortesía para aliviar la boca seca propia de esos momentos, pero en realidad es un test de comportamiento que puede ser vital para acceder o no al trabajo.
Son varios los reclutadores que están empezándola a aplicar, aunque en realidad es una prueba muy vieja.