El gobierno Biden está a punto de abandonar el poder, pero ha decidido no hacerlo sin antes poner sobre la mesa un marco regulatorio que limita la exportación de chips avanzados (entre los que se incluyen aquellos utilizados en el desarrollo de inteligencia artificial). Esta decisión, si bien intenta salvaguardar la ventaja tecnológica de Estados Unidos frente a competidores como China, ya está generando controversia entre las grandes empresas y los expertos del sector.