Laborar desde casa y tener unos cuantos dispositivos conectados al Wi-Fi puede ser un auténtico drama. Y da igual la tarifa de fibra que se tenga contratada. Hasta hace un tiempo, era habitual que notase problemas de conexión en mi iPhone o MacBook, especialmente en el primero, ya que era habitual que el Wi-Fi se volviese lento en mi iPhone.
Sin embargo, acabé cayendo en algo que ahora me resulta tremendamente obvio y que antes no. Y estoy seguro de que no soy el único.