El Apple Watch es uno de esos dispositivos que no valoras hasta que no lo tienes. Me ha pasado que, a lo largo de diez años, he tenido mis épocas de vender el que tenía, renunciando así a este smartwatch y acabar volviendo poco tiempo luego con uno nuevo por "no saber" vivir sin él. Y sí, obviamente se puede, pero teniendo uno, las cosas son más fáciles.