¿Recuerdas lo que hacías con 12 años? Quizá andabas jugando a la consola, o echando una pachanga futbolera. O quizá los deportes no eran lo tuyo y preferías la simple introspección, matar las horas leyendo cuentos. Lo que está claro es que a los 12, mientras otros chavales se preocupaban por las clases de matemáticas o el examen de la semana próximo, Steve Jobs tenía la cabeza en otra cosa: construir un contador de frecuencias. Pero le faltaban piezas.