No todas las aeronaves acaban en cementerios de aviones cuando se cumple su ciclo de vida. Algunas unidades, aunque ya no puedan volar, son utilizadas para dar vida a otros proyectos. El empresario Felix Demin transformó un el fuselaje de un viejo Boeing 737 en una vivienda con un amplio abanico de comodidades para sus residentes temporales.
Y estamos hablando de residentes temporales porque Demin no vive ahí.